El tema del evangelismo es uno de mucha importancia ya que se trata de la gran comisión que nos dejó nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, no siempre es fácil, ya que muchas veces cuando una persona sale para ganar almas, no se sabe qué decir ni cómo actuar. Cuando alguien no tiene experiencia, es muy común que se haga un plan de cómo salir a evangelizar, pero cuando llega el momento, las palabras no salen, se le hace un nudo en la garganta, no sabe cómo reaccionar, y suceden muchas cosas más. Para las personas que se identifican con esto, quiero darles unos consejos acerca de cómo ganar almas para Cristo. No es la única forma, ya que se ha comprobado que hay muchas estrategias que funcionan. Sin embargo, se trata de una estrategia utilizada por el apóstol Pablo.
Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar al mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la Ley (aunque yo no esté sujeto a la Ley) como sujeto a la Ley, para ganar a los que están sujetos a la Ley; a los que están sin Ley, como si yo estuviera sin Ley (aunque yo no estoy sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin Ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.
1 Corintios 9:19-22
Si queremos saber una técnica de cómo ganar almas para Cristo que ya ha sido usada y efectiva, debemos analizar bien el significado de este pasaje que acabamos de leer. Al estudiar el libro de Hechos y las epístolas escritas por el apóstol Pablo, nos podemos dar cuenta de que él era un hombre muy versátil. Él no se limitaba a usar una misma técnica y hablar de la misma forma a todos, sino que él estudiaba a las personas y trataba de imitarlos en ciertos aspectos. Por un lado, cuando Pablo estaba con los judíos, él no les decía que la ley de Moisés ya no era válida, y que para seguir a Cristo hay que desecharla y formar parte del nuevo pacto, porque si hubiera hecho eso, muy pocos le prestarían atención. En lugar de eso, él cumplía con la ley como si él mismo estuviera sujeto a ella, y mientras hacía eso, predicaba acerca de las buenas nuevas de Jesucristo.
En una ocasión, Pablo llegó a un pueblo en Grecia donde habían estátuas y altares en honor a sus ídolos, y entre todos se lograba ver que había uno que no tenía estátua ni nombre, sino que decía que era en honor a un dios desconocido. Hoy en día muchos cristianos llegarían a este lugar para evangelizar, y lo primero que dirían es que ninguno de esos ídolos es verdadero, y que tienen que arrepentirse y seguir el único Dios verdadero. Sin embargo, los griegos tenían tradiciones muy fuertes, y no escucharían esa clase de argumento, así que lo que hizo Pablo fue hablarles de ese dios desconocido, y les dijo, de ese dios es de quien les vengo a hablar, y de esa forma les contó todas las maravillas de Dios, de que Él fue el Creador de los cielos y la tierra, y que envió a su Hijo para morir, y luego lo resucitó. Cuando él se dio cuenta de que ya tenía la atención de los griegos y que estaban curiosos, ahí es donde dijo que Dios era el único que existía, y que no habían más dioses.
De la misma forma que el apóstol, si queremos evangelizar, no debemos llegar con ideas preconcebidas acerca de cómo tratar con las personas, ya que no hay una sola técnica de cómo ganar almas para Cristo, y hay que tomar en cuenta que cada ser humano es diferente. Hay cristianos que han sido fuertemente criticados porque se visten como los mundanos, e incluso hablan parecido a mundanos. Sin embargo, mientras no se vistan de forma vulgar y no hablan de forma vulgar y no pecan con esas cosas, más bien eso puede ser un gran beneficio, ya que los mundanos van a estar muchas veces más dispuestos a escuchar a un cristiano así que a uno que se viste con saco y corbata.
No quiero decir con esto que si queremos, por ejemplo, evangelizar a los borrachos, que entonces tenemos que empezar a emborracharnos nosotros mismos para ganarlos. Debemos hacernos como los demás, pero jamás debemos llevar eso al extremo de pecar. Pablo imitaba a las otras culturas, pero nunca pecaba con eso. Aunque él le hablaba a los griegos usando las creencias de ellos, él nunca adoró a ninguno de los ídolos que se encontraban ahí, por ejemplo. Debemos recordar que debemos influír en los mundanos, y no viceversa. Si podemos hacernos un poco como las personas en las que queremos influír sin cometer ningún pecado, podremos lograr mucho. Muchas veces ni siquiera hay que hablar tanto de Dios. Las personas notan una diferencia en uno; notan que uno está resplandeciendo, y quieren saber de eso, y de esa forma evangelizamos (no quiero decir con eso que no debemos hablar de Dios, aunque dependiendo de las circunstancias, a veces es mejor no hablar solamente de Él).
En fin, si quieres saber cómo ganar almas para Cristo, el ejemplo de Pablo es muy útil. Si nos hacemos como los demás sin perder de vista la santidad, podremos llegar a muchas personas. Podemos ver que Pablo era un apóstol muy trabajador, y Dios lo usó para que se convirtieran muchas personas y para fundar iglesias en diversas zonas. Está claro que todo lo que logró fue porque fue guiado por el Espíritu Santo, y eso es algo de lo que nunca debemos olvidar. Así que salgamos a evangelizar, y pidámosle a Dios que nos diriga para no evangelizar con ideas preconcebidas, sino que podamos, al igual que Pablo, hacernos como los demás sin pecar.
Escrito por,
Paul D. Gutiérrez Covey