La oración es una parte fundamental de la vida cristiana. Por medio de ella podemos hablar con Dios. En toda relación es importante que haya mucha comunicación, y la relación que tenemos con nuestro Padre Celestial no es la excepción. Por esto, debemos saber cómo orar efectivamente. Podemos hablar con Dios en cualquier momento y de cualquier forma, al igual que podemos hablar con nuestros amigos y familiares así. Sin embargo, también hay un modelo de oración que encontramos en la Biblia que es muy importante seguir. Éste es el modelo que nos dejó Jesús cuando sus discípulos le preguntaron cómo debían orar, y Él les respondió de la siguiente manera:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Mateo 6:9-13
Con esta oración, Jesús nos enseñó a todos cómo orar efectivamente. Esto no significa que cada vez que oramos debemos repetir lo mismo. Como dije antes, esto es un modelo de oración. Si analizamos bien, podemos ver cuál es la fórmula para orar efectivamente. Cada parte del Padre Nuestro nos enseña una parte fundamental de la oración que debemos aplicar a nuestra propia forma de orar.
PADRE NUESTRO
Empezamos la oración con un reconocimiento muy importante. En primer lugar, nuestro Señor no un Dios solamente; es mucho más que esto. Es un Padre amoroso. Él nos ha adoptado, y nos ama con amor paternal, pero no como nuestros padres terrenales nos aman, sino mucho más. Los padres que tenemos aquí en la Tierra tienen sus defectos, pero el Señor es el Padre perfecto. Además, no es solamente mí Padre, ni tampoco es solamente su Padre. ¡Él es el Padre Nuestro! Su usted es cristiano(a), querido lector(a), entonces es hijo(a) de Dios, y somos hermanos porque somos hijos del mismo Padre.
Hoy en día la iglesia está muy dividida: existen tantas denominaciones con tantas diferencias de doctrina, y algunos piensan que otros, por no pertencer a su denominación, no pertenecen a la gran familia espiritual que es la iglesia, pero esto no podría estar más lejos de la verdad. Tenemos nuestras diferencias, pero esto no define nuestra condición espiritual. Por esto, no importa cuántas diferencias hayan (siempre y cuando no vayan en contra de verdades bíblicas de salvación), todos los que servimos a Dios somos hermanos.
También es importante reconocer el lugar de Dios. Él es el Padre Nuestro que está en los cielos. De hecho, Él está en todas partes al mismo tiempo, porque es omnipresente. Pero al decir "que estás en los cielos", estamos reconociendo la superioridad de Dios. El Señor no es como nosotros, que estamos sujetos a errores y defectos. Él es perfecto, sin ninguna falla, y Él debe ser el que reina en nuestras vidas.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE
Aquí encontramos algo muy importante: la adoración. Cuando nos presentamos ante Dios, una de las primeras cosas que debemos hacer es adorarle. Aquí es donde podemos agradecer todo lo que Él ha hecho por nosotros, podemos decir lo mucho que lo amamos, y muchas otras cosas que decimos cuando adoramos a Dios. Pero ten cuidado: la adoración no es algo que se hace solamente en la adoración, sino que es un estilo de vida. ¿Qué hace en su tiempo libre? ¿De qué forma realiza su trabajo o sus estudios? ¿De qué forma vive? ¿Está viviendo una vida que realmente glorifica a Dios? La verdadera adoración es la que se hace en espíritu y en verdad. Cuando obedecemos a Dios, lo estamos adorando. Pero de nada me sirve decirle palabras bonitas al Señor si después de orar hago negocios deshonestos, o digo mentiras, o cometo cualquier otra clase de pecado conscientemente. Esto no es la adoración que Dios busca, sino que es charlatanería. Por lo tanto, cuando se trata de santificar su Nombre, hagámoslo bien, en oración y en nuestro estilo de vida.
VENGA TU REINO
¿Desea usted, querido lector, que el Señor reine en su vida? Esto es lo que implica esta parte de la oración. Si queremos servir a Dios de la forma correcta, Él debe reinar por completo. ¿Hay alguna área de su vida que no ha entregado a Dios? Es hora de que lo haga. Él no quiere solamente una parte de usted, sino que quiere todo completo. Él debe ser nuestra principal prioridad en todo aspecto de nuestras vidas. ¿Acaso hay alguna área de su vida en la que usted pone otra cosa en primer lugar? Si es así, entonces esto se está convirtiendo en un ídolo para usted. Por esto, cuando oramos, debemos decirle a Dios, "venga tu reino". Pídele que lo ayude a entregar todo, incluso en estas áreas difíciles de entregar, y dile, "Dios, te lo entrego todo a ti; quiero que reines en mi vida".
HÁGASE TU VOLUNTAD
Todos tenemos planes y sueños, ¿verdad? Pero, ¿estaría dispuesto a abandonar algún plan o sueño para hacer la voluntad de Dios? ¿Podría poner la voluntad de Dios ante la suya? Muchas veces, los planes de Dios para nuestras vidas son muy similares a los que tenemos nosotros. Sin embargo, no siempre es así. Yo soy ejemplo de esto. Yo nací y crecí en los Estados Unidos. Mis planes eran terminar mis estudios en este país, y quizás vivir toda la vida ahí. Pero la voluntad de Dios era diferente. Él quizo que yo viviera en otro lugar, y a la edad de 12 años, dejé a los Estados Unidos para vivir en Costa Rica. ¿Estaría usted dispuesto a hacer algo así? Pues esto no es el fin de la historia. Desde que llegué a Costa Rica, empecé a aprender muchas cosas acerca del Señor, y me acerqué mucho más a Él. Además, han pasado muchos eventos en mi vida que me han convencido de que este cambio fue uno de los mejores de mi vida, y estoy muy feliz viviendo en este país. La voluntad de Dios es perfecta, y aunque a veces no nos gusta al principio, siempre trae muchos beneficios y bendiciones para nuestras vidas. El Señor quiere lo mejor para nosotros, y esto es lo que nos da. Así que cuando esté orando, no olvide decirle a Dios, "Hágase tu voluntad".
EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA
Aquí el pan representa algo muy importante de nuestra vida diaria: nuestras necesidades. Dios quiere apoyarnos en esta área. Él quiere proveer cuando tenemos necesidad. Esto no quiere decir que podemos quedarnos con los brazos cruzados y sin trabajar porque Dios nos dará lo que necesitamos, porque la Biblia dice que el que no trabaja no comerá. Pero sí significa que el Señor no nos va a abandonar nunca. Si un día se queda sin trabajo y no sabe qué va a comer el siguiente día, pídale a Dios, y ten fe, porque Él proveerá. De hecho, incluso cuando trabajamos, Dios es quien nos da todo. Santiago 1:7 dice lo siguiente: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación".
Es bueno saber que el Señor nos respalda tanto, pero note también algo muy curioso en esta oración. Vea el orden. Vea que se pide el pan antes de pedir perdón. Muchos cuando van a orar, lo primer que hacen es pedir perdón por sus pecados. Sin embargo, como Padre amoroso que es Dios, Él quiere encargarse primeramente de nuestras necesidades, y después de esto tratará con los pecados. Cuando un hijo ofende a su padre, el hijo no pierde el derecho de comer, al menos de que el padre es un mal padre. El hijo tampoco pierde el derecho de ser llamado hijo. Pues, de la misma forma, al pecar, no perdemos nuestro derecho de ser llamados hijos de Dios, ni tampoco perdemos el derecho de sentarnos a la mesa a comer con nuestro Padre Celestial. Después de comer, se hablará de los pecados.
PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS
Ya en nuestra oración nos ocupamos de nuestras necesidades, así que llegó el momento de hablar de los pecados. Para muchos, esto puede ser el momento más incómodo de la oración, ya que tenemos que hablar de todas las cosas malas que hemos hecho. Pero qué lindo es saber que si realmente estamos arrepentidos, Dios nos perdonará. Solo debemos confesar nuestros pecados, y serán borrados. Pero ten cuidado; esta parte de la oración puede ser bendición o maldición. "Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores ". Si no estamos dispuestos a perdonar a los demás, ¿cómo podemos esperar que el Señor nos perdone? Nuestro Padre Celestial quiere perdonar todas nuestras deudas; por esto fue que Cristo murió por nosotros. Pero si no perdonamos, Él tampoco nos perdonará. Por esto, antes de orar, asegúrese de que no existen rencores contra nadie. Si tiene algún rencor, perdone a esta persona antes, y después ore con toda tranquilidad.
NO NOS METAS EN TENTACIÓN, MAS LÍBRANOS DEL MAL
Cuando se trata de la tentación, no estamos solos. Muchas tentaciones son muy difíciles de resistir, y por esta razón debemos pedirle a nuestro Padre que nos dé la fuerza para huir. Él no quiero que caigamos en tentación, así que con mucho gusto Él nos ayudará cuando lo necesitamos. Dios también quiere protegernos en todo, así que en nuestra oración debemos pedir su protección.
PORQUE TUYO ES...
Todas las cosas que existen en este mundo le pertenecen a Dios, y es importante reconocer esto. Ya hablamos de entregar todo a Dios, y esto incluye nuestras posesiones. Muchos hablar de dar el diezmo a Dios, que esto es lo que le pertenece a Él, pero no es solamente el 10% que le pertenece, sino el 100%. Él creó todo, y todo lo que tenemos Él nos lo ha dado. Por esto, cuando oramos, es importante reconocer esto, darle gracias por lo que nos ha dado, y declarar nuestra disposición de usar lo que Él nos ha dado para su gloria.
CONCLUSIÓN
La oración no es tan difícil cuando tenemos un modelo tan simple que podamos seguir. El Padre Nuestro es una oración muy efectiva ya que contiene todas las partes necesarias a la hora de orar. Por esto, recuerde incluir todos los aspectos del Padre Nuestro cuando va a orar. Acuérdese de reconocer que Dios es nuestro Padre, y que Él es soberano. Adórale, no solo con sus palabras, sino en espíritu y en verdad, con todo su estilo de vida. Reconozca que Él es el que reina en su vida, y pídale que haga su santa voluntad en todo. Pídale que provee para cada necesidad, y luego confiese sus pecados y pida perdón. Pida fortaleza en tiempos de tentación, y protección para tiempos de peligro. Por último, reconozca que todo le pertence a Él, y entrégale todo a Él. Si usted hace esto, su oración será efectiva, y si alguien le pregunta cómo orar efectivamente, ya sabrá qué contestarle.
Escrito por, Paul D. Gutiérrez Covey