Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Juan 4:23
Hoy aprendí algo muy importante acerca de la adoración, y es que realmente no soy un adorador. Es muy controversial que un cristiano diga algo así, pero si de verdad somos honestos, la mayoría de los cristianos tendríamos que admitir lo mismo. No somos realmente adoradores, y en este artículo les explicaré por qué; no para que se sientan mal, sino para que sean edificados, y que esto nos sirva a todos para que podamos llegar a ser verdaderos adoradores, en espíritu y en verdad, como lo dijo Cristo. Escribo este artículo para aquellos que quieran lo mismo que yo, y quiero ser un adorador.
¿QUÉ ES LA ADORACIÓN?
Esta es una pregunta muy interesante si queremos entender si somos adoradores realos o no, porque, ¿cómo podré saber si soy un adorador sin antes comprender qué es la adoración? Lamentablemente, hay muchos cristianos que confunden la adoración con una clase de música suave que se toca en la iglesia, o con un acto donde uno se dobla las rodillas o levanta las manos. Es cierto que estas prácticas son actos de adoración, pero debemos entender que eso es así solamente si van acompañados de una actitud correcta de adoración, y aún si es así, es solo una pequeña fracción de la verdadera adoración.
En el versículo que leímos anteriormente, debemos analizar el contexto. Aquí nos damos cuenta de que hubo una discusión acerca de cómo y dónde se debe adorar a Dios, y en eso, Cristo responde que no es el lugar lo que importa. En otras palabras, no debemos ser solamente adoradores de domingo que solamente "adoran" en el templo. Él dijo que debemos adorar "en espíritu y en verdad". Eso hace referencia a que no es solamente un acto que se hace con el cuerpo al postrarse, sino que debemos postrarnos en espíritu. Esto significa que la adoración se convierte en un estilo de vida donde honramos a Dios en todo lo que hacemos. En otras palabras, para que adoremos realmente a Dios, cada acción, cada palabra que decimos, e incluso cada pensamiento debe honrar a Dios de alguna forma.
LO QUE MUCHOS LLAMAN "ADORACIÓN"
En la iglesia hay un gran problema, y es que muchos cristianos no saben realmente qué es la adoración. Les voy a presentar el típico escenario de "adoración" de muchos cristianos (sin intención de criticar, sino para ejemplificar, para que aprendan). Llegan el domingo a la iglesia, y leen la Biblia. Luego empieza el canto rápido, y todos aplauden. Después se recogen las ofrendas, y las personas dan lo que han apartado especialmente para Dios. Increíblemente, hasta ese punto, ¡muchos creen que aún no han adorado a Dios! En eso, el tecladista comienza a tocar música suave, dulce, y melodiosa, y de una vez muchos cierran sus ojos, levantan las manos, y/o se postran. Muchos dicen, "ahora sí, ya estamos adorando". Se olvidan de que en todo lo demás han estado honrando a Dios, y que eso en sí es adoración.
Hay otros casos que se acercan un poco más (aunque no mucho). Otros cristianos entienden que la adoración no es algo que solo se hacen los domingo o en los días de reunión en la iglesia, sino que debe ser todos los días. Sin embargo, aun con este pensamiento, no logran adorar verdaderamente. Se levantan en la mañana, y lo primero que hacen es arrodillarse para orar. Se quedan así por un tiempo, y luego leen la Biblia. Algunos incluso reproducen música cristiana suave en el mp3, celular, o ipod, para que puedan "adorar de verdad". Todo eso está muy bien, pero ¿qué sucede cuando ese momento de intimidad con Dios se acaba? En muchos casos, el devocional personal en la mañana es el único momento en el que se acuerdan de Dios, y durante el día sus acciones, palabras, y pensamientos no honran a Dios por completo. Algunas personas golpean sus esposas, usan vocabulario vulgar, mienten, y hacen muchas cosas más que a Dios no le agrada. ¡Eso no es la verdadera adoración!
¿CÓMO PODEMOS SER ADORADORES EN ESPÍRITU Y EN VERDAD?
Bueno, ya sabemos qué es la adoración, y sabemos lo que no es la adoración. La gran pregunta, sin embargo, es la siguiente: ¿Cómo podemos ser adoradores en espíritu y en verdad? Como dije anteriormente, es importante que en cada momento del día honremos a Dios en absolutamente todo. Esto no significa que tenemos que ir por la calle diciendo constantemente "gloria a Dios, te alabo Dios, eres grande Dios". No me refiero a eso; pero déjame hacerte unas preguntas: ¿Cuántas veces hablas con Dios durante el día? ¿Cuántas veces dejas de hacer algo porque sabes que eso no le agrada a Dios? ¿Cuántas veces haces algo porque sabes que es lo correcto? Si contestate bien esas preguntas, vas por buen camino para ser un adorador. La verdadera adoración se refiere a la obediencia. Esto, en primer lugar, significa que para adorar, es necesario que leamos la Biblia y la escudriñemos siempre para poder saber qué es lo que Dios quiere de nosotros. En segundo lugar, debemos aplicar el conocimiento que aprendemos de la Biblia durante todo el día, todos los días.
El verdadero adorador adora en todo momento. No es en la mañana solamente,
o varias veces al día, sino siempre. Muchas veces, durante el día, se nos presentan circunstancias en donde tenemos dos opciones: podemos honrar a Dios, o podemos honrar a nuestros propios deseos, lo cual lleva a la honra al diablo. Por ejemplo, te subes al bus, pero como hay tantas personas que también se están subiendo, el chofer se confunde y no te cobra. Si quieres honrar a Dios, vas a ir a donde está el chofer, y le vas a pagar. Si decides no pagar, estarás honrando al diablo. Sales a pasear, y llegas al parque y te sientas, y una persona se sienta a la par y te cuenta algunos problemas. Podrías hablarle de Dios, para que se convierta y reciba la salvación, o puedes decir, "qué vergüenza hablarle de Dios; seguro se burlará de mí". ¿Estás captando? En esas pequeñas acciones y actitudes decidimos si honramos a Dios o no, y si lo honramos, estamos adorando.
Durante el día tenemos muchísimas oportunidades para honrar a Dios. Pero, ¿cuántas estaremos aprovechando? Otra pregunta es, ¿será suficiente con solo aprovechar las oportunidades que llegan? Pues no creo que sea suficiente. Cuando nos despertamos en la mañana, hagamos la siguiente pregunta: "¿De qué forma puedo honrar a Dios hoy?" No esperemos que las oportunidades lleguen, sino que lo ideal sería crear nuestras propias oportunidades. Cuando oramos en la mañana, debemos pedirle a Dios que no guíe para honrarlo de la forma que Él quiere. Además, cuando vamos a tomar cualquier decisión durante el día, o cuando vamos a decir cualquier cosa, debemos hacer la siguiente pregunta: ¿Será que yo haría o diría eso si Jesús estuviera físicamente presente? Pues Él siempre está presente de todas formas, y si la respuesta es no, debemos desechar esa palabra, desición, o acción. Al hacer eso, estamos adorando.
CONCLUSIÓN
Para terminar, hemos aprendido que no somos verdaderos adoradores. Sí hay personas que tienen la idea correcta, pero no cumplen por completo. No debemos solo adorar en la iglesia, ni tampoco a cierta hora del día. Debemos adorar en todo momento, honrando a Dios con todo lo que hacemos, decimos, y pensamos. Con este conocimiento, ya podremos adorar a Dios más efectivamente. Espero en Dios que este artículo te haya motivado a cambiar tu manera de pensar acerca de la adoración, y que digas lo mismo que yo: ¡quiero ser un adorador!
Escrito por,
Paul D. Gutiérrez Covey