Dijo también el Señor:
--Simón, Simón, Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Lucas 22:31-32
Cuando hablamos de la zaranda espiritual, hay mucho que se puede decir. En el último artículo, La Zaranda Espiritual Parte I: Apectos Importantes de la Zaranda, aprendimos características muy importantes, los cuales son la definición de la zaranda (lo cual se analizará un poco más aquí), el hecho de que el diablo necesita permiso para zarandearnos, que Jesús intercede por nosotros, y que si fallamos, no es el fin. En este artículo, nos enfocaremos en algo más específicos, para que podamos entender mejor el porqué de la zaranda espiritual. Algunas personas se preguntan cuáles son los beneficios que trae. Si eres una de esas personas, debes continuar leyendo, ya que a continuación veremos tres razones por las que debemos ser zarandeados.
NOS AYUDA A IDENTIFICAR NUESTRA NATURALEZA PECAMINOSA
Para los que leyeron en artículo anterior, se acordarán de que la zaranda es un instrumento que sirve para separar los materiales. Muchas veces, el material bueno y el material malo se mezcla de tal forma que no se logra reconocer cuál es cuál. Esto es la razón por la que la zaranda es tan importante, ya que con eso se logra identificar los elementos, y se sabe qué es lo malo, y qué es lo bueno, y al mismo tiempo se separa todo. Así pasa con nosotros. Hemos sido rescatados de las tinieblas y traídos a la luz, pero como no somos perfectos, siempre queda algún rastro de pecado en nosotros, y a veces ni siquiera nos damos cuenta de que está ahí. Por medio de la zaranda espiritual logramos identificar lo que antes no veíamos.
Podemos ver en las escrituras que Pedro fue humillado en esta ocasión. Él le dijo a Jesús que jamás se apartaría de Él, y que lo seguiría hasta la cárcel o incluso hasta la muerte. Sin embargo, cuando fue cuestionado acerca de su afilición con Jesús, él lo negó, no una vez, ni dos, sino tres veces. Muchos podrían especular que quizás Pedro mintió para que los demás tuvieran un mejor concepto de él, pero otra opción quizás más acertada es que Pedro en realidad pensaba que él podría seguir a Jesús hasta la muerte sin temor, y que jamás lo negaría. Lo más seguro es que cuando Pedro cayó en tentación en esta ocasión, él se dio cuenta ahí mismo de su debilidad, ya que no la conocía antes. Al ser zarandeado, Pedro reconoció su naturaleza pecaminosa en esa área, pero ahora la pregunta es, ¿de qué nos sirve eso?
NOS LIMPIA
La zaranda no solo nos ayuda a identificar las partes buenas y malas del material que estemos usando, sino que también nos ayuda a limpiarlo. Si estamos trabajando en construcción, limpiamos todas las impurezas, y si estamos trabajando en la agricultura, logramos separar el trigo de la cizaña. Algunos quizás se pregunten por qué es tan necesario separar esas cosas. Pues, en el caso de la construcción, si la arena tiene impurezas, debilitará la construcción. Cuando vienen tormentas, sismos, y otras manifestaciones de la naturaleza, el edificio no se podrá mantener en pie. Así pasaría con nosotros si no somos zarandeados: cuando llegan las pruebas, no resistiremos. También en el caso de la agricultura, si no se limplia, la cizaña y el trigo estarán juntos, y se comerá tanto lo bueno como la mala hierba, en lugar de comer trigo puro. En la contraparte espiritual, debemos asegurarnos de comer solo comida espiritual, que nos ayude a fortalecernos, en lugar de contaminarnos con la comida de tinieblas.
En el caso de Pedro, podemos ver que él fue limpiado de la debilidad que tenía. En esa ocasión, el cayó, e hizo lo indebido, pero al leer el libro de Hechos, nos podemos dar cuenta de que hubo un cambio total en él. Pedro sufrió a causa del evangelio, y nunca volvió a negar a Cristo, sino que más bien siguió adelante. Al final de todo, él murió por Cristo, y cumplió lo que dijo muchos años antes cuando le dijo a Jesús que lo seguiría hasta la muerte. Obviamente él no era perfecto, porque nadie es perfecto excepto Dios, pero en esa área de su vida, no se registró ninguna caída más. De la misma forma, la zaranda espiritual servirá para limpiarnos de ciertas áreas de nuestras vidas en las que haya debilidad y pecado. Nunca seremos perfectos hasta el día en que Dios nos resucita a todos, pero nuestro Señor seguirá trabajando en nosotros siempre. Es importante tomar en cuenta que aunque la zaranda espiritual nos limpia, éste no es el objetivo del diablo. Él quiere exponer nuestra maldad para acusarnos, pero como nos dimos cuenta en el artículo pasado, Cristo intercede por nosotros, y en lugar de ser para condenación, la zaranda nos limplia.
PODREMOS AYUDAR A OTROS QUE PODRÍAN CAER
No somos los únicos que pasamos por ciertas situaciones. Como dijo Salomón en una ocasión, no hay nada nuevo. Lo que me está pasando a mí ya le pasó a otros, y le está pasando a otros. Cuando ya hemos sido zarandeados, debemos ayudar a los que pasarán por eso mismo. Al final del versículo que leímos al principio, Jesús le dijo a Pedro, "una vez vuelto, confirma a tus hermanos". En otras versiones no habla de confirmar, sino de fortalecer. El proceso de la zaranda espiritual nos hará más fuertes, y habrán otras personas que necesitaran de esa fortaleza. Ya sabemos lo difícil que es pasar por eso, por lo que debemos ayudar a los demás para que cuando son zarandeados, no caigan por completo, sino que se puedan levantar, como Pedro lo hizo. Pedro no se levantó de inmediato, sino que pasó un tiempo en el que él vovlió a su condición anterior, pero luego se levantó y predicó el evangelio. De la misma forma, si caemos, levantémonos, y ayudemos a otros para que se puedan levantar.
CONCLUSIÓN
Como pudimos ver en este artículo en el pasado, la zaranda espiritual no es un castigo, ni algo para hacernos daño. Aunque el diablo es el que quiere hacerlo para maldad, nos sirve para bien. Podemos ver que nos traerá muchos beneficios, tanto para nosotros como para las personas que nos rodean. Cuando el diablo quiere zarandearnos como a trigo, no debemos tener miedo ni huir de la zaranda, sino que debemos regocijarnos con el conocimiento de que nos hará bien. Como puedes ver, los beneficios de la zaranda son muy importantes como para pasarlas por alto.
Escrito por,
Paul D. Gutiérrez Covey