Entre tantas búsquedas que existen, una de las más comunes es la búsqueda de la felicidad. Sin embargo, muchos que la persiguen nunca logran alcanzarla. La razón es porque no han buscado en el lugar indicado. Al igual que el rey Salomón, ellos la buscan en el alcohol, en las riquezas, y en el placer físico, en lugar de buscarla en Dios, pero solo encuentran un placer carnal que no trae felicidad, sino que más bien nos hace undir más y más en la depresión. La buena noticia es que la Biblia nos enseña cómo podemos alcanzar la felicidad sin tener estas cosas. Para esto vamos a leer dos versículos que se encuentran en el libro de los Salmos, y son las siguientes.
Confía en Jehová y haz el bien; habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. Salmo 37:3-4(Reina Valera 1995)
De estos dos versículos podemos sacar unos puntos muy interesantes de cómo alcanzar la felicidad. Estos puntos son los siguientes:
CONFIAR EN DIOS
¡Confiar en Dios es importantísimo! Proverbios 3:5-6 dice lo siguiente: "Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él hará derechas tus veredas". Una cosa que debemos tener presente esque Dios quiere que seamos felices. A veces debemos pasar por un proceso doloroso para poder alcanzar esta felicidad, pero ésta llegará. Dios hará lo necesario para que puedas ser feliz. Debemos entender que muchas veces hay puertas que se cierran, y circunstancias que nos angustian, pero todo esto sirve para moldearnos y ayudarnos a ser mejores personas, y si confiamos en Dios, no nos preocuparemos por estas cosas.
Al tratarse del tema de la confianza, debemos tomar en cuenta el estrés. La verdad es que los hijos de Dios no debemos estresarnos. Hay que entender que el estrés es falta de confianza en Dios. Lo que pasa es que sentimos esto cuando estamos ante una situación del cual no hayamos solución. Sin embargo, si confiamos en Dios, sabremos que sí hay una solución, la cual es poner todo en las manos de Dios. Si confiamos en Él en lugar de estresarnos, ¡podremos aclanzar la felicidad!
HACER EL BIEN
Para ser felices, debemos hacer el bien. Gálatas 6:9 dice lo siguiente: "No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos". Pero, ¿qué significa esto? ¿Será que quiere decir dar a los pobres, ir a la iglesia, abstenerse de fumar y tomar, y todo esto? Pues esto está incluido, pero no lo es todo. Hay ateos que hacen estas cosas (con la excepción de ir a la iglesia), pero no quiere decir que hacen el bien. Sucede que el ser humano no es bueno por naturaleza. De hecho, la Biblia menciona en varias ocasiones que somos malos.
Entonces, ¿cómo podemos hacer el bien? La respuesta es siguiendo a Dios y dejando que su santidad nos guíe a hacer lo que es bueno. Debemos obedecerlo en todo y hacer siempre su voluntad. Acuérdense que dije que Él desea que seamos felices. Pues, si esto es lo que Él quiere, entonces si Él quiere que hagamos algo, no va a ser algo que nos robe la felicidad, ¡sino que nos hará más felices!
Hay que tomar en cuenta el hecho de que los hijos de Dios no pueden hacer el mal y sentirse bien por esto. Una vez que hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador, el Espíritu Santo no nos deja tener la consciencia tranquila cuando hacemos el mal, así que si lo hacemos, no podremos alcanzar la felicidad! Sin embargo, al hacer el bien, hacemos lo que el Espíritu Santo quiere que hagamos, lo cual nos ayudará a ser felices.
DELEITARSE EN DIOS
La pregunta es, ¿qué significa deleitarse en Dios? Significa, en primer lugar, que debemos amarlo a Él más que a cualquier persona o cualquier cosa aquí en la Tierra. Él debe ser el primero y el último en nuestras vidas. Hágase a sí mismo la siguiente pregunta: cuando se despierta en la mañana, ¿qué es lo primero en lo que piensa? Y, cuando va a dormir, ¿qué es lo último en lo que piensa? Esto revela lo que es más importante para usted. Si su respuesta no es "Dios", entonces Él no es lo más importante de su vida, y esto es un problema.
Otro aspecto de deleitarse en Dios es servirlo con amor y con ganas. No es que vamos a servirlo simplemente porque hay que hacerlo, o porque es bueno hacerlo, sino porque amamos tanto a Dios que deseamos servirlo y hacer todo lo que podamos para agradarlo a Él. Esto es deleitarse en Dios.
RECIBIR LAS PETICIONES DEL CORAZÓN
Dice el pasaje que si seguimos los pasos que ya expliqué, vamos a recibir las peticiones de nuestros corazones. Sin embargo, hay que entender esto bien. No es cualquier deseo que tengamos. Si tenemos deseos carnales, éstos no serán concedidos. Dios no nos va a dar algo que no esté de acuerdo con su perfecta voluntad. Nuestros deseos deben ir de acuerdo a la voluntad de Dios. Si Cristo mora en nosotros y nos ha cambiado, no tendremos deseos carnales. De todas formas, los deseos que no están de acuerdo a la voluntad de Dios nos quitará la felicidad.
CONCLUSIÓN
La búsqueda de la felicidad no es tan complicada. Si confiamos plenamente en Dios, hacemos el bien, y nos deleitamos en Dios, recibiremos las peticiones del corazón, y esto nos traerá la verdadera felicidad, ya que Dios concederá peticiones que realmente nos harán felices.
Escrito por, Paul D. Gutiérrez Covey